
Educación vial NO es enseñar las indicaciones, es formar los valores en el comportamiento.
Educación vial es antes que respetar la norma fría, valorar los derechos humanos de la vida y la integridad física, la cortesía y el respeto así mismo y a los demás.
De poco servirá la Ley o Reglamento de Transito que obliga a dictar educación vial en las escuelas de la ciudad si no se cumple con ello. Para eso claro, resulta imprescindible la voluntad política. El Gobierno debe dar muestras de su interés de incorporar dichos contenidos por parte de los elementos de tránsito al sistema formal de enseñanza en las escuelas primarias, y sobre todo tener la preocupación por la seguridad de los menores estudiantes.
Debemos promover comportamientos más responsables entre los conductores y los peatones, para disminuir la escandalosa cantidad de accidentes de tránsito registrados tanto en la capital como en los municipios del Estado.
Se requiere que la educación vial sea ya una materia formal, los ciudadanos reclaman que sea ésa una enseñanza basada en valores (el respeto por nuestra vida y la de nuestros semejantes) y no en la memorización de las señales de tránsito.
Pero si Tránsito Municipal, cumpliera con la Ley y el Reglamento, para notar los cambios especialmente en la conducta de los automovilistas, habrá que esperar a que las nuevas generaciones se incorporen como actores primarios al sistema vial.
El lamentable condicionamiento económico de muchas de nuestras sociedades hace que con frecuencia pueda observarse en nuestras rutas de traslado de personas (Zona Rural, Periferia de la Ciudad) en las cajas abiertas de los pick up. También lamentablemente es fácil advertir el incremento de accidentes provocados por estos vehículos en esa situación.
Generalmente traen como consecuencia la muerte casi inmediata de sus pasajeros, hecho lógico (lo milagroso es que algunos sobrevivan, con lesiones y minusvalías de por vida) ya que impactan contra el asfalto a la velocidad que desarrollaba el vehículo previo al impacto.
El tema no solo existe sino que SE AGRAVA, ya que en diversas zonas de ciudades importantes como la nuestra, en donde antes la autoridad de tránsito impedía la práctica, esa tarea se ha relajado, con lo que ya puede apreciarse esa conducta con mayor frecuencia y en aumento.
Aunado a lo anterior están proliferando en las rúas de la ciudad los arrancones de vehículos tripulados por jóvenes en estado etílico, con las consecuencias ya conocidas.
Mientras tanto los especialistas recomiendan reformar las aplicaciones de sanciones; multiplicar el control sin un esquema de castigos equivalente, se considera que el aumento económico en la sanción a la violación a la Ley o Reglamento de Tránsito, aumentaría la corrupción en los policías comisionados a dicho departamento, considerando que no serían puestos a disposición del Juez Calificador, propiciando y acrecentando el delito de soborno.
Es importante una ejecución vial mediante un Procedimiento Sistemático de Operaciones (PSO).
Roberto Fleischer Haro, egresado de la cuarta generación de la Escuela de Policía. Registro Nacional de Seguridad FEHR440205H26223583 E. Mail rfleischer_44@hotmail.com
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